Una torre de acero para terminar la Catedral de Málaga
El artista Juan Garaizábal incluye en su exposición en el Palacio Episcopal una propuesta para concluir el primer templo de la ciudad.
En 1772 el viajero Francis Carter llegó a la ciudad, la Catedral estaba entonces construyéndose y cuando regresó a Londres, en el libro que preparaba sobre aquella experiencia incluyó un grabado del templo ya terminado. Así aparece en ‘A journey from Gibraltar to Málaga’ (Un viaje desde Gibraltar hasta Málaga), publicado en 1777 y que ha quedado como una exquisita rareza al ofrecer una estampa del templo que nunca llegó a convertirse en realidad, porque los avatares de la Historia dejaron la Catedral incompleta, con sólo una de sus dos torres, de ahí su apodo: ‘La Manquita’.
Ahora el artista Juan Garaizábal firma una propuesta para completar la torre que falta en la Catedral a través de una silueta en acero análoga al perfil original. El proyecto forma parte de ‘La monumentalización de la memoria’, la exposición de Garaizábal estrenada esta mañana en el Palacio Episcopal. Garaizábal cuenta con imponentes esculturas urbanas en ciudades como Berlín, Nueva York, Washington y Miami, ha presentado su obra en la Bienal de Venecia (2013) y ahora lleva su mirada hacia el templo malagueño con la misma intención de “generar debate”que persigue para toda su obra.
Y a fe que el asunto de la terminación de la Catedral genera debate en la ciudad, casi desde aquellos años de finales del siglo XVIII. La controversia llega hasta nuestros días, ya que el último plan director de la Catedral elaborado por el Obispado de Málaga recoge la intención de concluir el templo. Eso sí, los planes de la Diócesis, propietaria del Palacio del Obispo donde ahora expone Garaizábal su propuesta, se han encontrado con el rechazo de la Junta de Andalucía, responsable de velar por el patrimonio artístico en la región. Si la Delegación Provincial de Cultura ha sido más tibia en sus dudas, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) sí ha rechazado de plano la pretensión de levantar la segunda torre catedralicia.
La idea de Garaizábal pasa por colocar sobre la base ya construida una silueta en acero que represente el perfil de la torre ausente. Justo esa idea, la ausencia, surca toda la obra del artista madrileño, a través de su proyecto ‘Memorias urbanas’. En Berlín, por ejemplo, recreó la silueta de una iglesia bombardeada durante la segunda guerra mundial que servía de refugio para los inmigrantes y cuyos cascotes se emplearon luego para levantar el muro que dividió la ciudad alemana. Lo recordaba esta mañana el propio Garaizábal (Madrid, 1971) en la presentación de la muestra que repasa su última década de trabajo.
“Me interesa el arte que traspasa los límites y que no pide permiso”, ofrecía Garaizábal en el estreno del proyecto que podrá visitarse hasta el 22 de abril en el Palacio Episcopal (bautizado como Ars Málaga). La muestra, además, sirve para renovar el acuerdo firmado el año pasado entre el Obispado y el Ayuntamiento de Málaga para que este último organice exposiciones en el Episcopal. Así lo ha confirmado la concejala de Cultura, Gemma del Corral, quien ha añadido que hasta final de año el gobierno local presentará tres muestras en el palacio propiedad de la Diócesis.